Los albergues no dan abasto
Los albergues para las
personas sin hogar no dan abasto. Cuando abren las puertas a las 20 horas hay
colas que superan en el triple de su capacidad, quedando las personas sin plaza
en la calle, madres con hijos y ancianos tienen que dormir a la intemperie.
El Gobierno debe ser
consciente de lo que está pasando y poner solución de inmediato. No es
entendible que con la gran cantidad de edificios públicos vacíos que hay, estos
no se utilicen para ampliar la red asistencial para dar cobijo a las personas que
están durmiendo en la calle.
Esa es la máxima
prioridad que los ciudadanos debemos de exigir al Gobierno para que sea puesta
en marcha de manera urgente. Este no puede derivar las responsabilidades a las
comunidades autónomas, debe actuar directamente sin dilación.—
OPINIÓN:
Aunque
nuestra cultura, el desarrollo tecnológico y la vida laboral han tenido avances
extraordinarios que facilitan las actividades diarias a todo nivel, no por ello
puede decirse que la unidad familiar sea un evento cuyo desarrollo sea
igualmente extraordinario. La verdad es que las familias conscientes de la
necesidad de compartir el tiempo, que las actividades les dejan, tienen que
recurrir a su creatividad para aprovechar el tiempo con mayor calidad.
Es
muy notorio, con el auge y desarrollo constante de la tecnología, que la vida
laboral con sus múltiples exigencias, ha desplazado el tiempo que los padres
lograban dar a sus hijos; así mismo las exigencias basadas en las necesidades
que surgen día a día, ha conducido a las parejas a invertir gran parte de su
tiempo en el trabajo, de modo que estar con los hijos, llegó a ser parte da la
agenda, pero no un evento natural para compartir en familia. Lo delicado del
asunto es ver la cantidad de problemas en los niños y jóvenes, cuando sus padres
no les dedicaron tiempo, enseñándoles el aislamiento, además de otras
prioridades que se robaron el afecto y el compartir con sus padres. Por lo
general, dichos problemas tocan el área de su comportamiento; rebeldía, llamar
la atención inadecuadamente, soledad, adquisición de malos hábitos, poca
capacidad para el diálogo. Ahora bien, si se suma la dinámica absorbente del
trabajo moderno (producir para tener y tener como prioridad) con la
despreocupación de algunos padres para interactuar con sus hijos, como algo que
no importa realmente, puede entenderse cómo muchos chicos pierden el control de
su comportamiento porque siente que nos son importantes para sus padres;
existen otras cosas que son de mayor interés para ellos.
La
unidad familiar se caracteriza por estos parámetros:
-
Compartir en la mesa a la hora de las comidas. Es un momento de disfrute.
-
Planear salidas recreativas (parques, paseos, caminatas, visitas, etc.) que
rompen con la rutina fuerte de la cotidianidad.
-
Participar en decisiones que afectan el bienestar del hogar.
-
Percibir la unidad entre los padres como modelo inspirador para los niños.
-
ayuda mutua en los eventos, quehaceres cotidianos.
La
unidad familiar es la capacidad de vivir y compartir en familia, de manera que
la vida del hogar se haga más significativa y deseable vivir allí. Ella permite
que los demás valores puedan ser practicados porque vale la pena hacerlo en un
hogar donde sus miembros son importantes los unos para los otros y tienen
sentido de pertenencia claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario