martes, 21 de mayo de 2013

NOTICIA TEMA 9: DESDE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DEL CAPITALISMO




          DESDE LAS TEORÍAS CRÍTICAS DEL CAPITALISMO..

En la cinta “Zero Dark Thirty”, conocida aquí como “La noche más obscura”, la directora, Kathryn Bigelow, muestra los excesos a los que llega Estados Unidos cuando se propone realizar alguna obsesiva “misión”, como en la historia referida en la película, basada en hechos reales, sobre la persecución y el supuesto asesinato de Osama bin Laden (quien alguna vez fuera cercano colaborador de la CIA, que, incluso, recibía un sueldo).

En la escena del asalto a la casa en donde se suponía que vivía bin Laden, ubicada en una población de Pakistán, Abbottabad, un equipo especial de mariners viola, tanto el espacio aéreo pakistaní, al llegar en dos helicópteros antirradar, no rastreables, así como el territorio de dicho país, al incursionar en el barrio en donde se localizaba la casa de seguridad en la que vivía desde hacía algunos años un enfermo, inoperante bin Laden. Con lujo de violencia, dinamitando puertas y asesinando a mansalva a varios hombres y mujeres que estaban allí en la noche del asalto (en mayo del 2011.), los prepotentes soldados allanan la casa, hasta dar con el “terrorista” jefe de Al Qaeda, a quien asesinan sin miramientos, pues la orden era exterminarlo en el acto. Y a los vecinos del lugar que, curiosos y temerosos, se acercan, sorprendidos y asustados por escuchar a uno de los helicópteros que, al perder el control, cayó a tierra, además de tantas explosiones y disparos, uno de los mariners los amenaza con que se retiren del sitio o les dispararán.

Refiero lo anterior, que no pareciera tener que ver mucho con el título del presente artículo, porque es buen preámbulo en el sentido de que Estados Unidos se ha abrogado desde hace años tareas de “policía mundial”, derrocando gobiernos elegidos democráticamente, invadiendo países supuestamente ligados al terrorismo (Afganistán, Irak), imponiendo bases militares… en fin, resaltando en cada acción su poderío militar.

Pero también, en años recientes, se ha autoproclamado protector de los derechos de la llamada “propiedad intelectual”, sobre todo cuando empresas estadounidenses han resultado afectadas por acciones de piratería o hackeo de obras intelectuales, tales como películas, canciones, programas de cómputo… o todo aquel trabajo que esté registrado con una patente o un registro autoral en Estados Unidos. Eso, incluso, lo está tomando como justificación para incursionar en la Web mundial e imponer medidas coercitivas que limitarían muchísimo la relativa libertad de la que actualmente gozan muchos sitios y millones de usuarios. Emplea a sitios como Facebook para espiar a posibles infractores, interviene correos electrónicos, emplea a hackers que actúan como una suerte de espías digitales sobre personas “sospechosas” de ser “terroristas” o comportarse como tales… y todas esas arbitrariedades e ilegales operaciones las hace Estados Unidos, sin que aparentemente nadie se oponga o pueda hacerlo, pues, ante todo, pone por delante que es en defensa de su “seguridad interna” y, especialmente, de la defensa del “derecho intelectual”.

El Departamento de Justicia (DoJ) se pone en contacto directo con países en donde haya alguna persona u organización que “atente” contra los derechos de autor (el llamado Copyright Infringement) y, como si estuviera en su propia casa, envía agentes del FBI y policías estadounidenses para que “coordinen” la acción policiaca “legal”, que allane las instalaciones de los defraudadores y los lleve a prisión, violando muchas veces los elementales derechos de los supuestos “acusados”. Y todo en nombre de la “legalidad y la justicia”, como se hizo con el caso de bin Laden, mencionado arriba. También en nombre de la “seguridad y legalidad”, está construyendo la NSA (National Security Agency) en medio del desierto de Utah un súper edificio que será considerado como el futuro centro de ultraespionaje, el que analizará diariamente millones de correos, de páginas de redes sociales…en fin, que se pretende que todo el internet sea filtrado y analizado por ese sitio.


OPINIÓN:
El primer caso es el de la ya extinta empresa Megaupload, perteneciente a Kim Dotcom, un polémico empresario alemán, quien actualmente vive en Nueva Zelanda, en donde, ilusamente, creyó que nunca sería molestado en sus futuros negocios. El caso fue muy sonado en enero del 2012, tanto por el impacto mediático que provocó, así como la forma tan ilegal y arbitraria como actuaron autoridades locales en coordinación con policías estadounidenses y agentes del FBI, como veremos.

Megaupload era una empresa que operó hasta inicios del 2012, la cual contaba con un inmenso archivo conteniendo todo lo inimaginable, desde videos caseros, libros, películas, manuales… una especie de Youtube, pero no sólo de videos, sino información de muchas categorías. El servicio era digamos que gratuito, obteniendo ganancias de la publicidad que acompañaba a los archivos que se desearan descargar, tal como actualmente hace Youtube. De esa forma, obtenía alrededor de $25 millones de dólares de ingresos por año. Otros $150 millones de dólares, los conseguía al ofrecer su servicio “súper rápido” de descarga del material. Kim Dotcom, era el dueño del sitio, el cual fundó en el año 2001, cuando tuvo la necesidad de difundir los videos de las carreras de autos en las que él mismo participaba. Era conocido como un gran corredor en ese entonces y poseedor, también, de una mediana fortuna, de varios millones de dólares, que había conseguido gracias a negocios previos, como Data Protect, empresa que en los años 90’s daba asesoría de seguridad en Internet a empresas (Dotcom tuvo una niñez muy dura, hijo de padre alcohólico, golpeador, y madre sumisa. Aún así, cuando tenía 15 años, se hizo de buen dinero administrando un negocio ilegal del chateo telefónico muy común en los 90’s, con el cual él se quedaba con 15 centavos de dólar, por minuto, de los que empleaban su, ese sí, ilegal negocio. Dotcom asegura que ese “negro” pasado aún lo persigue).

Dado que era muy complicado enviar los videos en los correos como archivos adjuntos, por ser muy grandes, a Dotcom se le ocurrió, junto con un socio, crear Megaupload, que permitiría a los fans de las carreras bajar los videos cuando quisieran y cuantas veces así lo desearan. Dotcom, gracias a su fortuna, ofrecía, además, dinero por videos de carreras que le fueran ofrecidos por los usuarios. Y algo que al principio sólo hizo por mero pasatiempo, al final le halló el potencial valor de convertirse en un gran negocio: bajar del Internet lo que se deseara, teniendo, claro, millones de archivos que permitieran esa suerte de panacea de la información.

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